28 septiembre 2014

El termo

Cuando volvimos de vacaciones empezó a pasar una cosa muy extraña: todas las noches, ponía mi teléfono móvil a cargar en el enchufe de la cocina, y todas las mañanas, cuando iba a buscarlo, estaba exactamente en el mismo sitio, pero en medio de un charco de agua.
-Creo que mi teléfono ya no controla los esfínteres -le expliqué a ZaraJota™.
ZaraJota™ tenía otra teoría.
-Creo que el termo pierde agua.
Revisamos el termo milímetro y milímetro y descubrimos que sí, debía tener un porito abierto en alguna parte, y de vez en cuando se escapaba una gotita.
-No pasa nada -dijimos-, le ponemos un cubo debajo y ya está.
Al día siguiente el termo supuraba por todas las junturas.
Caía agua a chorros por el termostato.
Caía agua a chorros por los mandos.
Caía agua a chorros por los remaches.
Caía agua a chorros... os ahorraré los detalles. Caía mucha agua. Por doquier.
-Creo que vamos a tener que comprar otro termo -dijo ZaraJota™. Es que es así, le encanta regodearse en lo obvio.
En la tienda nos dijeron que éramos muy afortunados porque habíamos elegido un modelo del que todavía estaba en existencia.
-Tardará solo dos semanas -nos anunciaron.
-¿Dos semanas? ¡Mierda! ¡Teníamos que haber elegido que no existiera!
Mientras llegaba el nuevo termo seguimos usando el antiguo. Lo teníamos apagado todo el día, y cuando llegábamos a casa poníamos debajo un cubo y lo encendíamos lo justo para ducharnos, y lo apagábamos justo después.
Por desgracia, tanto ZaraJota™ como yo tenemos trazas de trastorno obsesivo compulsivo, así que todos los días, según nos montábamos en el metro, empezábamos a mandarnos mensajes.
"Mierda, mierda, mierda, creo que me he dejado el termo encendido, mierda", decía ZaraJota™.
"No te preocupes, lo he apagado yo"
"¿Estás segura, Lorz? ¿Estás del todo segura?"
"Mierda, no. Voy a volver a comprobarlo"
Por supuesto, cuando llegaba a casa el termo estaba perfectamente apagado, y llegaba tarde a trabajar, que no es que a nadie le importe, pero aún así.
Mañana, me prometía a mí misma, lo comprobaré tres veces antes de salir.
Y eso hacía, pero de todas formas en cuanto llegaba al metro empezaba a pensar si de verdad lo había comprobado correctamente, y qué pasaba si no, y si no debería volver y comprobarlo una cuarta...
Hasta que un día me planté.
"Mierda, mierda, mierda, creo que me he dejado el termo encendido, mierda", dijo ZaraJota™.
"No te preocupes, lo he apagado yo"
"¿Estás segura, Lorz? ¿Estás del todo segura?"
"No, no lo estoy. Pero esto no puede seguir así. Si hoy lo compruebo cuatro veces, mañana querré comprobarlo cinco, pasado seis, y antes de que me dé cuenta estaré llamando tres veces a la puerta antes de entrar y desinfectándome las manos cada vez que alguien me toque. Así que no, no estoy segura, pero voy a confiar en mí misma, voy a confiar en que lo he hecho bien, y aunque me pase el día pensando que no lo he apagado, voy a decirme a mí misma que sí. Y cuando volvamos a casa esta tarde, no habrá pasado nada, porque estas dudas son solo estrategias de nuestro cerebro psicótico intentando tomar el control".
Por supuesto, cuando volvimos a casa se nos había inundado el salón.
Mierda...
-Bueno, no parece que haya salido mucha agua, ¿no? -le dije a ZaraJota™, justo antes de descubrir que
1- sí había salido más agua
2- estaba toda dentro de los muebles de la cocina
3- necesitaba un cubo, con urgencia
Las dos semanas de espera se nos hicieron larguísimas...
El final, una mañana, vino el técnico a instalarnos el termo nuevo.
Primero, con gran satisfacción por nuestra parte, desmontó el antiguo.
-¿Y esto para qué lo tienen? -nos preguntó, sosteniendo una pieza en la mano.
-Es una válvula reductora de presión -explicó ZaraJota™-. Tuvimos que instalarla porque el agua entra con mucha fuerza y hacía saltar el antiguo termo continuamente.
-¡Tonterías! ¡Esto no sirve para nada!
Y la desmontó.Luego colocó el termo nuevo.
-¿Ves? ¡Perfecto!
-Eh... está perdiendo agua por ahí.
ZaraJota™ es que es así: siempre se centra en  los detalles sin importancia.
-Hombre, es muy poco... Lo único que tienes que hacer es poner un cubo.
No sé por qué, pero me da la impresión de que no hemos avanzado nada.



7 comentarios:

Genín dijo...

Llamar al técnico ese cuanto antes, que haga las cosas bien, porque si no me da la ligera impresión que vais a tener que comprar otro muy pronto :(
Besos y salud

Genín dijo...

Llamar al técnico ese cuanto antes, que haga las cosas bien, porque si no me da la ligera impresión que vais a tener que comprar otro muy pronto :(
Besos y salud

Mi Álter Ego dijo...

Pues menuda solución os da... Qué país de pandereta. Jajajaja. Besotes!!!

Necio Hutopo dijo...

Algo ha cambiado... Han perdido la válvula reductora de presión.... Eso y mucha agua.

Anónimo dijo...

Cuando vivia en un duplex convertí la planta baja en piscina cubierta gracias al dichoso calentador ... Un camion cisterna tuvo que venir a vaciarlo!!! Muerte a los termos!!!

pseudosocióloga dijo...

Jesús....

Anónimo dijo...

Te tienen que poner un reductor de presión en condiciones, con cuerpo de bronce y manómetro con glicerina y que venga baremado de 0 a 16 bar.