27 mayo 2018

Feria del libro 2018

Me adelanto a mí misma para deciros que este año la Feria del Libro de Madrid le ha dado un especial protagonismo a las mujeres, no solo por el preciosísimo cartel de Paula Bonet...

...sino también porque incluye en su programación tres charlas de las Mujeres del Libro...


 ...cuyo cartel, casualmente, también es de Paula Bonet.
Las entrada a las charlas es no solo libre, sino muy recomendable. Tenéis el programa aquí. Yo intentaré ir como público a todas y, quién sabe, quizá incluso me atreva a hablar en alguna.

Y ya que estamos con los libros y demás, iba a recuperar un hilo, pero mejor os cuento otra cosa.
Aunque no lo parezca, soy tímida patológica.
Muy, muy tímida.
Y muy patológica.
Sobre todo lo segundo.
Cuando era pequeña me daba pánico salir sola a la calle porque, ¿y si me encontraba a alguien y tenía que saludar?
EL HORROR.
Ahora no me pasa tanto porque no veo casi nada a media distancia así que ya pueden saludarme los demás, porque lo que es yo no les voy a ver.
Pero sigo siendo muy tímida.
Siempre hago bromas con que soy asocial, pero no es verdad.
A mí me gusta la gente y relacionarme con la gente.
Es solo que no sé cómo.
Siempre pienso que estoy haciendo algo incorrecto, o diciendo tonterías, y me pongo nerviosa y digo más tonterías y me pongo más nerviosa y digo más tonterías, y al final me voy pensando que soy estúpida y que he quedado como una estúpida, y todo el mundo se ha dado cuenta, y que mejor me escondo en un agujero bien profundo y no salgo más.
Y creo que no soy la única a la que le pasa, ¿por qué tienen las redes sociales tanto éxito, si no?
Para los infraseres como yo, que somos legión, entrar en una librería, o en cualquier pequeño comercio, ya que estamos, es un reto. Preferimos las grandes superficies, donde podemos mezclarnos con la multitud y pasar inadvertidos, sin que nadie nos observe. O, mejor aún, comprar por internet, y no porque sea más cómodo o más barato: es porque no tenemos que interactuar con nadie.
¡Menos oportunidades de incomodidad social!
Quizá por eso (por lo de estar loca y tal) me gusta tanto la Feria del Libro.
Me puedo mezclar con la muchedumbre, como si estuviera en una gran superficie, pero al mismo tiempo tengo acceso a muchísimas librerías, casi todas las que quiera, con una interacción mínima.
Y los libros están ahí, por cientos, caseta por caseta, y todo el mundo entiende que los toques y les des vueltas y curiosees, y encima si te da por comprártelos te hacen un descuento.
Y es en el Retiro, y es primavera, y no se me ocurre un lugar más genial en el que estar.





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21 mayo 2018

Día internacional de la lavadora, parte II y ya

Previously in Lorz...
Dos niños pequeños y una lavadora rota.
EL APOCALIPSIS.

Pues resulta que los vendedores de lavadoras todavía no han oído hablar de la incorporación de la mujer al mundo laboral, y solo reparten por la mañana, dando por hecho que algún ama de casa con rulos y bata de boatiné les abrirá la puerta.
Como en mi casa no hay de eso pues me tocó pedirme un día de vacaciones, porque el señor repartidor tampoco parecía dispuesto a concretar.
-Esa misma mañana le llamo y le digo cuándo voy a ir.
-¿Esa misma mañana a qué hora? Que yo también me tengo que organizar...
-De ocho a nueve la llamo sin falta y le concreto la hora de la entrega.
-Vale.
Como era de esperar no me llamó hasta las nueve y media.
Menos mal.
El universo colapsaría si un señor tuviera que adaptarse a los horarios de una mujer, por mucho que los horarios los haya puesto él.
El señor repartidor me dijo que vendrían a casa de 15 a 17, y pensé, jolín, pues me podía haber ido a trabajar, porque visto lo visto no van a aparecer hasta las siete de la tarde, y me habría dado tiempo a llegar a casa, pero bueno, ya que estoy aquí me quedo.
Pues os vais a quedar con las patas temblando, porque el instalador apareció a las 16:30.
¿Qué cuerpo se os queda?
A mí cuerpo de botijo, aunque la verdad es que ya tenía cuerpo de botijo de antes, para qué nos vamos a engañar.
Total, que aparece el instalador hinchado como un pavo porque venía con un chavalín al que estaba enseñando y se debía creer Obi-Wan. COMO MÍNIMO.
Así que traen la lavadora y empieza a conectar cosas dándose muchas ínfulas, "Mira, ves esto de aquí", decía, y en otro asentía como un loco, y luego los dos negaban con la cabeza, y yo pensaba, ES EL P*T* DESAGÜE DEL FREGADERO, QUÉ MIRÁIS TANTO.
-Lo siento, señora, pero no le puedo dejar la lavadora instalada.
-¿Que QUÉ?
-Es que el desagüe está mal.
-¡Si la lavadora vieja estaba enganchada ahí!
-Ya, pero es que esta es lavadora Y secadora.
-La vieja también.
-¡Que el desagüe está mal!
-Pero... pero... ¿no la puedo usar? ¿hasta cuando?
-Ay... Bueno, si quiere puede poner un cubo debajo del desagüe, y la puede ir usando mientras traemos la pieza que falta.
-Vale.
-Muy bien, pues se la dejo puesta y ahora vengo.
Y entonces, por razones que se me escapan, el técnico puso en marcha la lavadora VACÍA sin esperar a que yo pusiera el cubo debajo.
ADIVINAD QUÉ.
Empezó a salir agua por el desagüe.
Investigaciones posteriores demostraron que el único problema que tenía el desagüe era que el propio instalador lo había aflojado. Supongo que pretendía sacarse un extra "arreglándomelo" después. 
Salí corriendo a buscar el palo de la fregona.
Lo puse debajo del desagüe.
Agarré el manual de instrucciones.
Descubrí cómo se pausaba la lavadora.
Pausé la lavadora.
Saqué el cubo de debajo del desagüe.
Recogí el agua.
Volví a poner el cubo debajo del desagüe.
Despausé la lavadora.
EMPEZÓ A SALIR AGUA A CHORRO POR LA PUERTA DE LA LAVADORA PERO QUÉ C*Ñ* PASA SI YO LA PUERTA DE LA LAVADORA NO LA HE TOCADO EL TÉCNICO SE LA HA DEBIDO DEJAR MAL CERRADA.
Necesito pausar la la lavadora dónde está el manual de instrucciones dónde está no lo encuentro j*d*r j*d*r a la m**rd* todo, Lorz, pon el cubo.
NO ENCUENTRO EL CUBO NO ESTÁ POR NINGUNA PARTE NO PUEDE SER ES VERDE FOSFORITO CÓMO SE HA PODIDO PERDER EL CUBO.
No puede ser: creo que los técnicos me han robado el cubo. La madre que los... ya podían haberse llevado el p*t* ipad, que no vale para nada.
SIGUE SALIENDO AGUA, LORZ, PON TOALLAS.
¡¡¡NO QUEDAN TOALLAS!!!
¡¡¡CORTA EL AGUA!!!
¡¡¡NO PUEDO CORTAR EL AGUA, NO ME DEJAN JUGAR CON TIJERAS!!!
¡¡¡CON LA LLAVE DE PASO, QUE PARECES TONTA!!!
¿DÓNDE ESTÁ LA LLAVE DE PASO?
¡Ya lo sé! Debajo del fregad...

Anda, mira, el cubo.
Bien pensado, habría sido un poco raro que los técnicos me robaran el cubo.
Ya no sale agua por la portezuela de la lavadora, pero tengo la cocina encharcada. Cojo la fregona, saco el cubo. El desagüe empieza a gotear dentro del armario. Vuelvo a poner el cubo.
Miro la fregona. Miro el cubo. Miro el desagüe.
Llamo a ZaraJota, llorando a todo llorar.
-¿Qué te pasa ahora?
-Que necesito el cubo para recoger el agua pero si cojo el cubo cae más agua y no la puedo recoger...



-Lorz, no entiendo lo que te pasa.
-¡PUES TE LO ESTOY DICIENDO BIEN CLARO!
Cuelgo el teléfono.
A la m**rd*, Lorz. Toallas. Pon muchas toallas.
Y a la m**rd* todo.

*

Cuando ZaraJota volvió a casa, tres horas más tarde, el agua está recogida, el cubo debajo del fregadero, la lavadora funcionando...
-No entiendo el pronto que te ha dado antes -me dice- si todo está perfectamente.
-AHORA.
-¿Has metido calcetines en la lavadora? Me estoy quedando sin.
-No, he puesto una lavadora de toallas.
-¿Toallas? ¡Si estaban todas limpias!
Mira, cállate.



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14 mayo 2018

Día internacional de la lavadora 2018, parte I

El día 17 de mayo es el Día Internacional de la Lavadora, pero fiel a mi promesa de actualizar los lunes AUNQUE SEA PUENTE en Madrid aquí estamos. 



Pues hace un par de semanas o así la lavadora dejó de funcionar.
¡Así, de pronto! 
Yo es que no me lo explico. ¡Si solo tiene seis años! ¡Y dos reparaciones previas! 
Y sí, es verdad que el técnico que nos hizo la segunda reparación nos dijo que eso no iba a aguantar más de seis meses... ¡Pero solo habían pasado dos años desde entonces! 
¡Y además esa tarde solo la había puesto tres veces seguidas! 
Desde luego, ya no hacen lavadoras como las de antes. Ya sabéis, de esas que eran una señora que se iba al río con el cesto en la cabeza. 
En fin. 
-Al menos ya no nos queda ropa sucia -le dije a ZaraJota-. Podemos aguantar un par de días sin lavadora. 
-Eh... -contestó ZaraJota. 
-¿QUÉ?
-Nada, que Bebé-kun ha hecho caca. 
-Ah, muy bien, Bebé-kun, muy bien, ¿has hecho una caca muy grande en el orinal? 
-Estooo... -insistió ZaraJota-, no la ha hecho en el orinal. 
-Ay.. bueno, dame los calzoncillos que los lavo a mano y ya está.
-Es que... también se ha manchado el pantalón.
-Vale, vale, dame el pantalón también, que te pones muy tonto cuando quieres...
-Es que... bueno, ya sabes lo mucho que le gustan a tu hijo los toboganes. Y hacer toboganes con cojines. Y lanzarse desde desde el sofá. Hasta la alfombra.
-...
-Lorz, dime algo, que te estás poniendo muy blanca. 
-...
-¿Lorz?
-...
-¿Quieres que vayamos a comprar otra lavadora?
-Por favor...

Continuará...

06 mayo 2018

Día de la madre 2018

Hoy,

los mismos políticos que  impidieron la ampliación de la baja por maternidad (y paternidad);
que aprobaron una ley que permite despedir a mujeres embarazadas siempre y cuando en el motivo de despido no ponga "te echamos por estar embarazada";
que permiten que en las entrevistas de trabajo se siga preguntando, aunque sea veladamente, si tienes hijos o planeas tenerlos;
que perpetúan la existencia de trabajos precarios, impidiendo que las familias ofrezcan una mínima seguridad y estabilidad a sus hijos, si es que se pueden permitir tenerlos;
que no han aprendido nada, y vuelven a apostar por la especulación inmobiliaria;
que boicotean hasta el intento más nimio de conciliación;
que son ciegos ante la brecha salarial y el techo de cristal;
que convirtieron las ayudas a la dependencia en un proceso kafkiano, tan lento y farragoso que muchos de los solicitantes mueren antes de haber recibido ni un solo euro;
que incluyen o eliminan ciertas vacunas del calendario según lo cerca que estén las elecciones;
que no dan cobertura ni a dentista ni a oculista, salvo para mirar al niño y decir "pues mira, sí, necesita un empaste/gafas";
que subieron los precios de las guarderías públicas hasta hacerlos prohibitivos para las familias con rentas medias;
que están desmantelando la sanidad y la educación públicas, y encima se atreven a insultar a los profesionales de ambos sectores;
que reducen más y más las becas y que han convertido la palabra "becario" en una forma bonita de decir "esclavo";
que, en definitiva, convierten la maternidad en algo mucho más difícil de lo que tendría que ser, y que solo se preocupan de los niños para usarlos como arma arrojadiza en sus debates;

hoy,

esos políticos y, no lo olvidemos, políticas,
llamarán por teléfono a sus mamás,
o se presentarán en su puerta un ramo de flores.
Y como el amor de madre es ciego sus madres pensarán:

"siempre fue un chico estupendo".